El rendimiento de las producciones agrícolas y la calidad de los alimentos que se producen, reflejan la salud del suelo agrícola.
Por: AgriBest
Para realmente comprometernos con una agricultura regenerativa, primero debemos cambiar las prácticas y el modelo de producción que hasta hoy se ha venido utilizando.
Está más que comprobado que para obtener resultados diferentes la clave es hacer un proceso diferente.
Las prácticas no sostenibles en la producción de alimentos han pasado ya factura, principalmente al medio ambiente y como consecuencia a la salud de la humanidad. El uso de agroquímicos, la siembra en monocultivo, la quema de residuos de las cosechas, son los responsables de los efectos que hoy no solo nuestro planeta y sus recursos pagan, sino también de la disminución en el rendimiento y calidad de las producciones.
Los efectos del cambio climático y la degradación de la biodiversidad a través de prácticas agrícolas no sostenibles comprometen la seguridad alimentaria y la salud de la humanidad.
La demanda de alimentos no detendrá su crecimiento y nuestros recursos naturales están cada vez más impactados, lo que ocasionaría que en cada cosecha se degradaran más, por ello es urgente transformar la industria agrícola, regenerar las prácticas antiguas por nuevas y dar paso a la innovación basada en lo que la propia naturaleza nos ofrece.
Proteger y regenerar deben ser nuestras nuevas palabras clave y la salud del suelo es la primera tarea, por ello aquí te compartimos cuatro principios básicos de la salud del suelo:
1 Proteger la superficie del suelo con cultivos de cobertura que ayudan a prevenir la erosión, regular los niveles de humedad, atraen insectos benéficos, ayudan a controlar plagas y malas hierbas y además sirven como fuente de abono.
2 Disminuye al máximo el disturbio del suelo erradicando el uso de agroquímicos y regulando la labranza.
3 Prioriza la diversidad vegetal con la rotación de cultivos se beneficia la red alimentaria del suelo, ayudando así al sistema de nutrientes a desarrollarse, a la promoción de la materia orgánica y mejora la infiltración de agua.
4 Monitorea y diagnostica las condiciones fisicoquímicas del suelo, asegúrate de conocer los índices de materia orgánica, estrés hídrico, absorción de nitrógeno que dictaminan el estado actual del suelo y con ello el nivel de fertilidad del mismo.
Al adoptar estas cuatro prácticas estarás desarrollando una agricultura regenerativa que brindará beneficios al medio ambiente, pues no dañará los recursos, sino que comenzará con la recuperación paulatina del equilibrio del suelo, al mismo tiempo que se refleja en la calidad y rendimiento de tu cosecha.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el 95 por ciento de los alimentos que consumimos provienen del suelo, la salud de la humanidad depende de la salud del suelo donde se cultivan los alimentos. Se estima que alrededor del 33 por ciento de los suelos agrícolas están dañados y si no cambiamos la forma en la que utilizamos la tierra, para 2050 el nivel de degradación sería del 90 por ciento de la superficie agrícola.
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